LA CLAVE: La actitud de Los Andes para buscar la victoria fue la llave del éxito.

FLANDRIA: Opaca actuación del Canario. Antepuso orden y marca a las pretensiones visitantes. De ritmo cadencioso, supo congelar parcialmente la ambición del rival. Casi no arrimó peligro, salvo en el final cuando Gordillo, en soledad, definió mal. En la segunda parte mostró su apego a cuidar su propio arco. Con el marcador en desventaja fue hacia adelante más por inercia que por convicción. Pudo coquetear con el empate en un par de centros pero no fue efectivo. Luego del segundo gol se extravió en su propia desesperación, sin generar demasiado.

LOS ANDES: Pisó fuerte y seguro el Milrayitas. La cautela fue quedando en el recuerdo con el correr de los minutos. Si bien no lograba generar circuitos concretos en el medio, se las ingenió para llegar varias veces. La más clara la tuvo Salega, que erró cuando quiso capturar un rebote del arquero. Quitó los pies del acelerador los últimos 10´, donde el partido se hizo parejo lejos de los arcos. En la segunda mitad fue persistente y no desestimó su búsqueda. Un impecable zurdazo de Salega abrió el marador. Luego fue la figura de la cancha Quintana, que alargó la diferencia. No sufrió ni se vio atorado por su rival. Sin descuidarse, usufructuó las urgencias canarias metiendo replicas interesantes. Sin sobreexigirse pero con autoridad, dio un paso firme y se mantiene con argumentos a pasos de la punta