LA CLAVE: El bombazo de Bustos para el 2-0.

LUJÁN: Contó con la suerte como aliada. Jugó mal en el primer tiempo, donde sacó la ventaja gracias a una pelota bárbara de Peralta para Mendoza, éste metió un centro bajo y Martín facturó para el 1 a 0. A Valiñas lo ayudaron los palos y el travesaño en esa etapa donde el medio no ganaba una y la sociedad Peralta-Mendoza-Martín se dio muy poco. En el segundo tiempo, siguió con una pachorra que ya molestaba a sus propios hinchas. Perdía la segunda pelota y el medio era dominado por el rival. Todo terminó cuando Bustos agarró una pelota afuera del área y la clavó arriba, al ángulo izquierdo de Balbuena. Los ingresos de Bustos y Giacovino le dieron presencia en el mediocampo. Cinco minutos después, con el rival jugado en ataque, metió una contra encabezada por Simón Martínez que cambió de frente para el solitario ingreso de Giacovino que puso el 3 a 0. El triunfo fue un premio a la efectividad. 

PUERTO NUEVO: Salió a ganarlo. Por eso Redondo se convirtió en patrón del medio y Rodrigo Martínez empezaba a hacer estragos. Precisamente este jugador, metió un tiro en el palo a los 9 minutos. Balbuena tuvo una doble atajada, dos minutos después para sostener al equipo en partido. Con el 0-1, siguió dominando, y a los 27 minutos, córner de Serrano, cabezazo de Godoy y el palo derecho que salvó al arquero local. Cuatro minutos después, otra vez Rodrigo Martínez que remató cruzado y se fue apenas desviado. La presión que ejercían Ritacco y Cueto en la salida obligaban a Luján a salir a los pelotazos y no jugando como en los primeros momentos. A los 36 minutos, gran centro de Redondo al segundo palo, cabezazo de Martínez y el travesaño impidió el gol. En el segundo tiempo siguió igual. A los 2 minutos, Martínez exigió un gran tapada abajo de Valiñas. Allí, el partido cayó un poco aunque, daba la sensación, que podía empatarlo. No aprovechó ninguna pelota detenida a favor, y de repente, se encontró 0-3. Para el final queda el gran tiro libre de Maxi Maciel, por arriba de la barrera, para colgarla del ángulo derecho del arquero y decretar un 1-3 inexplicable.