LA CLAVE: En este tipo de partidos en los que no viene pasando nada, hay que recaer en el gol de apertura y más si fue un bombazo como el de Rodrigo Vélez. El ex Suárez conquistó su primer tanto en Almirante, y sirvió para abrir el camino a tres puntos.

ALMIRANTE BROWN: Ganó y nada más, desde el juego ese concepto, porque desde lo numérico el triunfo tiene una dimensión importantísima. Avisó con un cabezazo de Monzón que un defensor despejó y, de ahí en más, le costó hacer trabajar a De Olivera. Por eso el 0 a 0 del primer tiempo estaba bien, hasta que en el segundo tiempo se dio el gusto de desafiar la modorra con un misil de Rodrigo Vélez que se colgó del ángulo del arquero visitante desde 35 metros. Gol y, más tarde, la entrada de Piteo para manejar el juego y ser partícipe de la contra del segundo gol que Nazareno Bazán (hasta ahí no había aparecido) convirtió. Tuvo orden en el fondo neutralizando con los centrales al temible Quiroga. Festejo necesario porque casi está salvado del descenso y se puede jugar una patriada, la de entrar a Copa Argentina.

INDEPENDIENTE RIVADAVIA: Su postura fue la de salir a esperar un poco, quizás ver qué pasaba, aunque en el medio de todo eso Pablo Palacio exigió al "Mono" Martínez. Le alcanzaba para no pasar muchos sobresaltos y que todos pensemos que, en algún momento de partido, iba a pensar un poco más en contragolpear fuerte. Cuando estaba todavía haciendo ese análisis, llegó el gol sin contexto alguno y eso lo complicó, Gabriel Gómez tocó el equipo rápido con la entrada de Eladio Ramos y Galván. Presionó mejor el equipo, intentó aproximarse más, pero tampoco fue lo suficientemente profundo. Y faltando un rato breve, lo tomaron parado en ataque y la contra de Piteo fue letal con el pase a Bazán. Perdió, empieza a tener una "mini rachita" donde no gana, y este 2 de 9 hace que su pase al Reducido, que parecía hecho, ahora deba ser jugado de igual a igual.