LA CLAVE: Los cambios de actitud de una etapa a otra. Almagro dejó de ser ese equipo que deambulaba y con otra mentalidad, aún sin ser arrasador, dejó en claro que quería llevarse algo. Chicago optó por dejar correr el reloj confiado en la ventaja y terminó perdiendo muchísimo más que un partido, adentro y afuera.

NUEVA CHICAGO: Metido desde el vamos, con algunos buenos pasajes de Alvarez y Guerra, el equipo de Mataderos se hizo protagonista y con un autogol rival tomó la primera ventaja de la noche. El gol lo fortaleció. Presionaba bien, iba a buscar y de un corner de Ayala apareció Lettieri para el 2 a 0. Parecía lisa y llanamente asunto terminado, pero en el segundo tiempo pareció hacer la plancha aún a pesar del rápido descuento de Conechny. Parecía que le alcanzaba para llevarse todo, pero el empate de Almagro lo descolocó. Se desesperó por buscar esos dos puntos que estaba perdiendo y, en un flojísimo segundo tiempo de su defensa, se le termina escapando un partido que lo demuele desde lo anímico.

ALMAGRO: De un arranque donde ofrecía todas las ventajas posibles, ya sea no hacer pie en el medio y perder por los laterales, fue tratando de acomodarse y avisar con la peligrosa presencia de Servetto. Pero lo poco que intentó en la primera parte chocó con Taborda y no le alcanzaba para definirse como un equipo riesgoso. En el segundo tiempo ya se paró unos metros más adelante y quedó claro que intentaba revertir la historia. El gol del descuento lo tonificó. Si bien no podía hacerse dominador, demostraba que estaba vivo y ya luchaba de otra manera cada pelota. Además con los cambios tuvo más presencia arriba y de un buen centro de Mercado llegó el segundo de Conechny. Ya envalentonado, olió que podía ganarlo y lo hizo con ese gol de Servetto. Tres puntos claves, sumados al anterior triunfo de Alvarado lo vuelven a dejar tranquilo adentro del Reducido cuando se temía que pudiera salir de éste.

Ya cuando se retiraba la gente por la salida de la tribuna Mercado de Hacienda más cercana a la calle Francisco Bilbao, lo hacía golpeando la chapa divisoria con la zona que da más próxima a la platea y gritando contra los jugadores y dirigentes todo tipo de insultos. El grupo más exaltado intentó darse la vuelta manzana para dirigirse al estacionamiento de la izquierda de la platea, donde los jugadores tenían que salir y tenían sus coches. La Policía quiso impedirlo y se armó una batalla campal entre hinchas y policía, donde incluso hubo gente que tomó por asalto el propio móvil de la Infantería y bajó a los golpes a los uniformados de ahí. La respuesta fue con un vendaval de balas de goma mientras unos pocos hinchas, en especial familias, permanecían en la popular y la platea e insultaban a los dirigentes. A los familiares de los jugadores de Chicago los refugiaron en la zona del vestuario local y a los allegados de Almagro los sacaron a la cancha de básquet. Otro foco de incidentes fue en la zona de Crovara y General Paz, ya que por los handys de los jefes del operativo pidieron detener un par de colectivos 180 que llevaban hinchas a los cuales, según los efectivos, tenían marcados de los incidentes. La policía de la Ciudad pasó hasta Crovara al 100 (¿está permitido?) y frenó dichos "bondis" sin poder confirmarse si realizó alguna detención.

Al menos cinco policías y un hincha resultaron heridos y cerca de las 21 30 se reestableció la calma en la manzana de la cancha, aunque en los alrededores seguían habiendo corridas.