El santo cambió a tiempo. En el torneo y en el partido. Porque aunque todavía no está salvado, el equipo de Cuadrado apareció y reaccionó en el momento indicado. Juventud se quedó anoche con un triunfo clave para sacarse una mochila que nunca debió llevar. Le ganó 2 a 1 a San Jorge con un doblete de Juan Pablo Rial, pero fundamentalmente porque supo corregirse a tiempo. De un primer tiempo con muchas dudas pasó a un segundo con solvencia.

El santo tuvo la iniciativa desde el arranque, la voluntad y la energía necesaria, pero también nervios, imprecisiones y demasiada aceleración. A esta altura, a nadie le importa si el equipo juega bien, pero sí es clave la contundencia; y acá, Juventud hizo las cosas a medias. Por eso sufrió de entrada y luego que Martínez se perdiera la primera ocasión de gol con un tímido cabezazo. Pero Litre tuvo la mejor y la más clara: definió desviado tras un buen pase de Ceballos. En la réplica, San Jorge golpeó duro y fue profundo: Olmos se filtró, mandó un centro, Maino no la pudo despejar y tras una serie de rebotes, Jesús Vera la terminó empujando al gol. Juventud le respondió con la misma fórmula y logró empatar sin dar tregua. Rial empujó un centro de Sánchez. Y otra vez los nervios: el palo le dijo no al Gringo. Era el segundo.

El complemento arrancó de la misma manera. Juventud se perdió su chance con otro cabezazo que se fue apenas desviado, pero Rial corrigió la falla en la siguiente jugada y aprovechó un error de Caprio para empujarla de nuevo al arco vacío. Maino también cambió la inseguridad inicial por manos firmes. Y ya con la ventaja en el bolsillo, cada jugador del santo duplicó el esfuerzo para defender una victoria como lo pide su gente: con actitud. 

Juventud sumó tres puntos salvadores y volvió a dejar a Central Norte en el fondo de la tabla acumulada y muy complicado. Ahora, de ganarle esta noche Estudiantes a Chaco en Resistencia, el santo se salvará definitivamente del descenso. De lo contrario, sólo le faltará un punto, el que irá a buscar el domingo a San Luis, para zafar de la pesadilla.