Todos con Maxi
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Todos con Maxi

A nuestro cronista y amigo, Maximiliano Thea, le aplicaron el derecho de admisión en El Porvenir, club del cual es su más fiel hincha. (Foto: Daniel Méndez)

Por Fernando Prieto

No solemos hacer este tipo de menciones, en un medio que, lejos de la polémica, se ocupa de la cobertura periodística de todo lo que pasa en las canchas de todas las categoría de Ascenso.

Sin embargo, creo oportuno contar un hecho que sucedió este mediodía en la cancha de El Porvenir, con un colega y miembro de este medio, como lo es nuestro amigo Maximiliano Thea. 

Al llegar a la puerta del estadio para ver el partido que el local empató sin goles ante Victoriano Arenas, se encontró con que él no podía ingresar, ya que su nombre estaba con derecho de admisión. Ese mismo que se usa para dejar -supuestamente- a los barras afuera de los estadios. A un periodista y permanente seguidor del equipo de Gerli, vaya uno a saber por qué, se lo aplicaron como si se tratara de un violento.

¿Motivos? Según le explicaron, "por hacer ingresar a barras en el partido anterior que El Porvenir jugó como local". En primer lugar, damos fe que Maximiliano no hizo ingresar a ningún barra. En segundo lugar, nuestro cronista no tiene tamaño poder. En tercer lugar, no es el dueño del club, como para tener la decisión final en el ingreso o no de un grupo de barras a la cancha. Pero con el mismo criterio que se manejaron para decir  que "hizo entrar a barras a la cancha", es que la policía dijo que fue decisión del club, y el club adujo que la medida fue adoptada por la Policía. Desde este lugar, creemos que a la Policía le es indistinto que un hincha ingrese a ver a su equipo. Del club, no podemos decir lo mismo.

Lamentamos el hecho, como también el pobre presente de El Porvenir. No obstante, este club, que hace 10 años jugaba el Nacional B, hoy está dando lástima en la D, agradeciendo la pésima campaña de Paraguayo que le permitió no sufrir hasta último momento con la desafiliación. El mismo club que hace unos años contrató a un DT sólo por el show mediático que éste generaba, pagando el altísimo precio de un nuevo descenso. La misma institución que disputa sus partidos en días y horarios insólitos, con el sólo propósito de que vayan pocos hinchas a la cancha, y cuyo presidente sale, de tanto en tanto, martirizándose en cuanto noticiero haya, pero jamás contando cómo dejó en ruinas al club en pocos años.

Desde este lugar, que también es el de él, nos solidarizamos con Maximiliano, a quien esperamos que para la temporada que viene le permitan ingresar normalmente a ver a su club, ese mismo club al que no deberían poder entrar quienes lo destrozaron sistemáticamente en apenas una década.