La intimidad del festejo del Taladro
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La intimidad del festejo del Taladro

Revista Ascenso te muestra el ascenso de Banfield desde otro lugar, cómo lo vivió la gente, la llegada a la cancha, la fiesta en las tribunas y el festejo de la vuelta a Primera. (Foto: Daniel Méndez)

Por Luciano Ríos Álvarez Quintana

Desde la estación de trenes de Banfield ya se sentía un aire distinto, un aire de alegría, de ansias o simplemente de felicidad y desahogo. Las cuadras eran verdes y blancas, los alrededores del estadio estaban colmados, la gente llegaba con sus bombos, sus banderas y hasta algún que otro fuego artificial.

“Esto es increíble, esto es una fiesta, esto es Banfield, carajo!”, así vivía la llegada al Lencho Sola un hincha del Taladro, con una sonrisa, una de esas que con solo verla se contagia. Las colas para comprar una entrada eran eternas, todavía faltaba una hora para que los equipos pisen el campo de juego, pero las tribunas ya estaba, casi, en su totalidad.

El Taladro sale a la cancha y las tribunas explotan, el Florencio Sola estaba repleto, las tribunas se llenan de humo verde y blanco, el cielo brilla por los fuegos artificiales que llegan desde afuera del estadio, los papelitos tiñen el campo de juego y la gente cantaba “Me parece que Banfield se va de la B, para nunca más volver”, como si fuese un himno.

Y si, concluyeron los 90 minutos y el equipo de Matías Almeyda, coreado durante gran parte del encuentro, consiguió el objetivo, retornó a la primera división del fútbol argentino.

Los jugadores corrían hacia el medio de la cancha, la gente en las tribunas lloraba, el sufrimiento, el calvario y las angustías habían terminado, bombos, paraguas, remeras con la inscripción “Operación Retorno cumplida” adornaban a los jugadores, que festejaban como hinchas. Mientras los hinchas, como rara vez sucede, disfrutaron desde las tribunas.

En el vestuario el plantel se acordó de Lanús, pero nunca dejó de lado el festejo por el ascenso.

La fiesta continuó en las calles, los hinchas se reunieron en Av. Alsina y Maipú, donde celebraron el regreso a primera, como durante toda la noche se hicieron presentes los cantos, los bombos, las banderas, el color, la alegría y los fuegos artificiales. Alrededor de 2.000 personas se agruparon allí y hay que destacar el comportamiento de la gente, tanto dentro del estadio, sin invadir la cancha y sin ocasionar incidentes en las calles, así si se disfruta del fútbol.

¡El Taladro es de Primera!