FERRO: No se puede asegurar que haya jugado para perder, pero sí es evidente que no tuvo mayores intenciones de ganar. Prácticamente no salió de su campo y las pocas veces que lo hizo procuró no acercarse demasiado al arco de Requena. No tuvo una sola situación en el primer tiempo, y en el segundo no pasó de un par de centros, propiciados primero por la desesperación y los espacios que dejaba Chicago, y segundo porque, ya perdiendo, lo buscó casi de compromiso. Los insultos y los cánticos de sus hinchas (ver El Pantallazo) eximen de mayores comentarios.

NUEVA CHICAGO: No llegó por casualidad a esta situación. Necesitaba ganar sí o sí y recién en el segundo tiempo pudo arrinconar a su rival. Antes de eso, ofreció un par de remates de media distancia y poco más. Impreciso, sin ideas y con los puntas bastante lejos del resto del equipo, se volvió un equipo previsible e inofensivo. Las noticias que llegaban de Santiago del Estero lo exigían aún más, y con sus limitaciones fue metiendo a Ferro contra su arco. Con Barraza como aliado (cobró todas las divididas para Chicago), y apelando a los centros como única vía de ataque, llegó el gol de Baldunciel para el desahogo de toda la gente de Mataderos. Luego del 1-0 se refugió en su campo y le cedió la pelota a Ferro, que terminó haciendo el resto. 

FERRO 0: Bailo (6); Grana (5), Gabriel Díaz (6), Canto (5) y Mazur (5)(83´ Juan Manuel García); Murillo (5)(53´ Nahuel Luján), Canto (5), Torres (5)(75´ Nicolás Gómez) y Asprea (5); Barranco (5) y Herrera (4). DT: Orfila. Suplentes. Iván López, Carrizo, Affranchino y Airala