Ya se sabía que no iba a ser una temporada fácil para Villa San Carlos, pero el primer golpe de gracia fue cuando el equipo perdió 8 de los primeros 10 partidos. Eso costó una semana antes el ciclo de Besada, y tardó Vivaldo en poder encontrar las victorias, pero con 13 puntos sobre 15 antes del final de la primera rueda lo reacomodó al Celeste. El segundo obstáculo fue notar que Sacachispas y San Miguel se iban a salvar con soltura y que no iban a poder ser alcanzados. Gran parte de las esperanzas del Celeste iban en una mala campaña de los dos ascendidos. La última esperanza fue el declive de Almirante Brown. Sin ser una maravilla la campaña de San Carlos, lo del mirasol fue tan malo que le regaló a los de Berisso llegar a tres puntos a la última fecha. Pero lo suyo siguió siendo tan malo de visitante como en la mayoría del torneo (ganó un partido solo), y la derrota lo mandó a la C, volviendo al lugar desde donde empezó una década soñada para el club. Ahora la realidad será otra.