El torneo arrancó con la intención de hacer ruido para Lugano. Trajo un cuerpo técnico del cual se habló mucho desde lo extrafutbolístico, con el polifacético De Cicco (psicólogo, periodista y admirador de Bielsa). Esto le generó algunas mejoras en lo externo (el Naranja mostró un mejor terreno de juego), pero en lo futbolístico los resultados no se dieron y el entrenador debió irse promediando la segunda rueda con el equipo lejos de un Reducido donde clasificaban 8 equipos sobre 14 que escoltaran al campeón. Recién en el final, con Pablo Viedma, Lugano cosechó algunos puntos que si bien no alcanzaron para la clasificación, le permitieron irse con otra imagen del campeonato.