LA CLAVE:  El ingreso por Sanabria, que puso el fútbol y los goles. 

TRISTAN SUÁREZ: La salida por lesión de Brian Miranda traía preocupación en Ezeiza, hasta que Gabriel Sanabriia, su reemplazante, se puso el equipo al hombro. El primer tiempo sirvió para acomodarse en cancha y en el inicio del segundo empezaron las emociones: a los 3 minutos, Joaquín Molina hizo un cambio de frente exquisito para Melillo, que tiró un centro matemático para que Sanabria cabecee como marcan los libros, al piso y a la red. La inercia del gol inclinó la cancha a su favor, pero ni Mellilo primero y ni Molina después, pudieron asegurar el resultado. Arrinconado después por Brown y con el empate ya plasmado, dependió de Bruno Duarte para sacar desde el fondo todo lo que caía en el área y en el descuento, el debutante Brian Giménez encontró una pelota por izquierda, se llevó la marca hasta el fondo, mandó el centro bajo para que el mismo Sanabria anticipe a su marca y pudiera clavar el segundo de manera agónica. 

ALMIRANTE BROWN: Se paró para estudiar a Suárez y no le pudo encontrar la vuelta al partido. Aunque tuvo dos claras con Ibáñez que no logró capitalizar, se puso como protagonista después que Benítez moviera el banco: cuando entraron Duarte y Torres, con aires frescos, recién empezó a empujar a Suárez contra su arco. Así, pudo forzar el único error de la dupla defensiva de Suárez en el partido: Ramos tiró el centro a espaldas del "2" de Suárez y el ingresado Duarte definió mano a mano con Lugo. Con el empate, no supo pararse en defensa para sostener el resultado, y se fue por escasos minutos con las manos vacías.