LA CLAVE: Con más carencias que aciertos no pudieron sacarse ventajas.

LEANDRO N. ALEM: No escatima sacrificio pero no puede terminar de gritar victoria. Ordenado como siempre, mucha actitud para no regalar nada, pero falla a la hora de la búsqueda. En la primera mitad estuvo un escalón abajo respecto del rival. Pero sin encontrar caminos se las ingenió para arrimar alguna llegada tibia. 

En la segunda mitad tuvo más ansias. Merodeó los dominios de Viaín pero si falta claridad la suerte tampoco abunda. Levantó bastante con el ingreso de Serrano, que aportó asistencias y un par de intentos desde afuera. Tuvo dos chances claras con el incansable Kuszco en un centro que despejaron al córner ante la entrada de Buono. Tras ese córner, un cabezazo que tapó notablemente el arquero negándole la primera victoria pudo romper el cero. El vaso medio lleno del Lechero dirá que por lo menos hace tres fechas que no pierde.

EL PORVENIR: Buen planteo inicial. Peleando en la mitad de la cancha y de a poco ganándole el balón al local. En poco más de un cuarto de hora había intentado ya tres veces. Las subidas de Tizón y el criterio de Diego Galván para conducir marcaban algunas falencias del adversario. De esas visitas al área rival tuvo la más clara cuando Spataro sacudió el palo izquierdo de Valiñas. 

En la segunda parte sólo arrimó peligro antes de los 5´ con un remate recto que se fue cerca. Desbordado por la necesidad ajena, perdió el control y las réplicas quedaban en potenciales promesas que nunca llegaron a buen puerto. De no ser por una brillante intervención de su arquero, casi se vuelve con las manos vacías a Gerli. En síntesis, mostró dos caras diferenciadas y deberá afianzar a futuro la imagen que hoy dio en los 45 iniciales.