En medio de la convulsión lógica del mundo Bohemio por haber estado muy cerca en la temporada anterior, y el también lógico desarme del equipo, el Bohemio movió sus fichas y sorprendió con la llegada de Walter Erviti como DT. El marplatense hizo su primera experiencia como entrenador y en los primeros partidos parecía predestinado a que su equipo fuese la gran revelación de la temporada. Pero los resultados dejaron de acompañarlo, la falta de gol se hizo sentir, las lesiones y casos de Covid dejaron su marca y el equipo se fue pinchando. Ya para el final de la primera rueda había perdido su lugar en el podio. En el arranque de las revanchas cayó 0-3 ante Chacarita y esa derrota fue seguida de otras tres. Ya le quedaba apenas el consuelo de buscar un lugar en la Copa Argentina y esa chance quedó desechada también. Por eso el balance es negativo, aún tratándose de un club al que siempre le costó mantenerse en el Nacional y hoy, si hubiese promedios o si hubiese muchos menos equipos, gozaría de una estabilidad.