LA CLAVE: El primer gol, en un momento que el partido no tenía un desarrollo claro. Golpe letal para un rival que empieza a estar en racha negativa.

ALVARADO: Arrancó abriendo la cancha con la movilidad de Malagueño y Vadalá por las bandas, pero ninguno de los dos resolvía con tanta claridad y los que le tenían que dar una mano a los extremos no estaban finos con la pelota. Todo cambió porque Ramírez abrió la cuenta sobre el cierre de la etapa inicial, en una jugada quizás parecida a la del segundo gol en el sentido que a la defensa del Canario le ganaron la zona con facilidad. Volviendo al post 1 a 0, le dio la chance de manejar el partido con calma, el ping pong de llegadas lo ganó con comodidad e incluso logró una sensación no acostumbrada, que al partido le sobren quince minutos. Ocho puntos de doce para los marplatenses, aire en una situación que era complicada y ahora tendrán fecha libre.

FLANDRIA: Lo más picante que intentó fue con pelotas por aire, que a lo largo del partido fueron sus principales vías de inquietar a Lungarzo. El 0-1 lo obligó a acelerar los tiempos del partido, pero no llegaron soluciones ni adentro ni desde afuera con el esperado regreso de Melivilo, que poco gravitó. Con el 0-2, donde le hicieron una definición casi de papi fútbol abajo del arco, se terminó el partido. Sus cuatro derrotas consecutivas fueron por más de un gol. Deberá tener respuestas rápidas a este momento porque se le pueden empezar a cortar los de arriba.