LA CLAVE: El oportunismo de aprovechar las suyas decantó un partido que realmente estaba para cualquiera. Por lo tanto, no se puede discutir el triunfo.

FÉNIX: Conservador en el primer tiempo y sin la precisión necesaria para poder sacar la contra. Se destacó la incesante lucha de Molina que se sacrifica todo lo que haga falta, pero prácticamente no le pudimos contar una llegada clara. En el segundo tiempo aparecieron dos que en la primera parte casi ni la habían tocado (Frías y Monti) y le dieron más verticalidad al equipo. De pelota parada y tras un centro del ex Temperley, Solís de mediavuelta por bajo la calzó y puso el 1 a 0. Le empataron enseguida vía corner y el encuentro estaba para cualquiera. Hasta que llegó ese centro, la mano de Martínez Grance y la ejecución de Nicolás Martínez para darle el triunfo. Hasta el final lo aguantó bien.

SAN MIGUEL: Tropiezo inesperado de los dirigidos por Coleoni. Quizás el déficit haya sido no imponer protagonismo cuando contó con terreno y pelota, pero Sena y Melillo no gravitaron y el medio dependía de lo que pudiera distribuir Sica, que fue de menor a mayor hasta que le tocó salir. El intercambio de goles lo dejaba bien parado parcialmente, pero el empate tampoco le servía si deseaba pelear de lleno el Clausura. En eso estaba, viendo cómo poder ganarlo, hasta que lo volvió a perder. Y no generó nada como para empatarlo, salvo ese tiro libre que Pucheta remató muy mal. Derrota y condicionante porque ahora debe ganar para ponerse en carrera por el Clausura.