LA CLAVE: El ingreso de Llodrá, para darle otra compañía a Coselli arriba y conformar esa cotizada y goleadora dupla, más el erróneo penal que Villalba (no suele incurrir en estos deslices) le dio al local.

CLAYPOLE: En un primer tiempo parejo no logró hacer demasiado pie. Se salvaban algunas intenciones de Caraballo, lo del chico Del Prado y un relativo orden defensivo que se cayó luego del gol visitante donde todos perdieron la marca de Urruchua. En el segundo tiempo ya arrancó mejor intencionado, lo dio vuelta con dos penales, de los que el primero no fue (antes pidieron uno más que Villalba, correcto aquí, no sancionó), y ya en ventaja con el oficio de Villarreal - Icazatti lo aguantó y siguió haciendo gala del banco con los ingresos del Flaco Acosta y Vera Borda. ¿Fue exagerado el marcador? Seguro, pero terminó muy holgado y hasta más cerca del quinto que Porve del descuento.

EL PORVENIR: Dos caras de la moneda, como viene siendo su andar más reciente en este campeonato donde, de haber ganado hoy, quedaba tercero. En la primera parte fue un equipo ordenado y solvente atrás, que con la pelota parada hizo daño ante un magistral centro de Matías Sarmiento (quien luego iría desapareciendo del partido), al corazón del área chica. La no salida del arquero y el anticipo a cualquier marca de Urruchua hizo que el oriundo de Camboriú, de pecho, empujara para el 1 a 0. En el segundo tiempo lo perjudicaron, es cierto. Tanto como que no supo ni pudo repetir la estructura táctica que le había mantenido lejos a su rival. No tuvo grandes chances para el empate y lo mejor fue un tiro libre de Vidal apenas arriba cuando la goleada ya era realidad.