Empate polémico entre "Cuervos" y "Santos"
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Empate polémico entre "Cuervos" y "Santos"

El cuervo, que estuvo más cerca, complicó su permanencia. Al santo le anularon mal un gol en la gran polémica del final. (Foto: Diario el Tribuno)

Por Diario El Tribuno de Salta

Cero a cero y que el destino diga en un futuro cercano dónde irán a parar. Juventud y Central no se sacaron ventajas y terminaron abrazados al empate. Sobre todo el santo, que se apoyó en un gran primer tiempo de Maino y luego decidió controlar el juego sin pisar el acelerador. Y la única vez que lo hizo le anularon mal el gol (de Sánchez, sobre el final, en un inexistente off-side).

Central, que ahora ya no depende de sí mismo para salvarse, se la jugó desde el principio, se arriesgó entero hasta que se quedó sin fuerzas, dejando una mejor imagen en la primera etapa, curtido tal vez por el apuro de jugar ahogado por la presión. Y su tridente ofensivo, Magno, Perillo y Altamirano, fue el mejor argumento de una leve superioridad. Casi en el olvido quedó el remate de Rial que dio en el travesaño, cuando se jugaban los primeros minutos y el santo casi se encuentra con el primer tanto. Luego, Central comenzó a meter peligro y Maino, el más sólido de la noche, entró en escena más de una vez. Gracias a él, el santo no la pasó mal. El santafesino primero le tapó un mano a mano Magno, con grandes reflejos, y luego detuvo un centro de Altamirano que iba a poner a Perillo de cara al gol.

Juventud se vio obligado a retroceder permanentemente y a apostar con alguna contra. Ceballos, Matías Fernández y Litre jugaron en marcha atrás e hicieron poco para adelante.

Central, tal vez por estar más urgido, inclinó la cancha, aunque con muchas limitaciones. Por esto, y probablemente por el cansancio acumulado, perdió fuerzas en el complemento, pero no ganas; y Juventud comenzó a enamorarse del empate. El equipo de Cuadrado enfrió el partido y lo llevó a su conveniencia. Lo que le faltó de fútbol le sobró de paciencia.

En este tenor se jugaron los últimos minutos. Y cuando Central ya había perdido fuerzas, en la única guapeada de Sánchez, el lineman Leiva levantó el banderín para anular un gol legítimo de Juventud que pudo haber mandado al descenso al cuervo.