El último que prenda la luz
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El último que prenda la luz

El partido que iban a disputar Huracán y Douglas Haig, fue suspendido a los 10 minutos del primer tiempo por tres cortes en las torres de iluminación, que imposibilitaron la disputa del mismo. (Foto: Télam)

Por Walter Gularte

LA CLAVE: Cuando estaba por comenzar el encuentro, el árbitro con el silbato a punto de sonar, ocurrió el primer apagón y esperar 19 minutos.  Una vez resuelto el problema, se jugó el cotejo, pero a los 10 minutos, el segundo corte y a esperar de nuevo. Cuando las torres estaban por llegar a completar la iluminación, de nuevo la interrupción. Pedro Argañaraz, árbitro del encuentro, decidió suspender el partido.

QUE HICIERON
HURACÁN: Dentro de los 10 minutos, el local fue el dominador de la pelota, intentando atacar y presionar a la visita. Toranzo estaba activo en el ataque, Arano se apoyaba en sus compañeros para buscar juego y Cristián Espinoza parecía el punto negativo, como dubitativo, al no poder llegar a las pelotas que le pasaban sus compañeros. ¿Podrá el Globo ser protagonista hasta el final y llegar al tan ansiado ascenso?

DOUGLAS HAIG: Los dirigidos por Guglielminprieto jugaban al contraataque. Lo poco que se pudo ver fue el buen manejo de pelota de Rodrigo Caballuci y el único offside del encuentro, en donde Pablo Mazza, que había superado a la última línea de defensa de Huracán quedó en posición prohibida. Lamentablemente no se pudo ver más. Los de Pergamino tenían una oportunidad de ser los verdugos de Huracán y de mejorar su posición en la tabla.

EL PANTALLAZO
Aproximadamente 15000 personas se acercaron al Tomás Ducó a presenciar el partido. El marco era magnífico, la platea a pleno, donde curiosamente un plateísta una hora antes de comenzar el encuentro, le cantaba solitariamente a su Huracán. La popular abarrotada, alentó constantemente, acordándose de San Lorenzo, y entonando el clásico “Dale Globo, dale Gloo…” . Varios tirantes y trapos de zonas como Llavallol y Sáenz Peña, entre otras. La percusión no podía faltar. Una lluvia de papelitos y globos blancos y rojos, recibierón al equipo, dándole un imponente marco. Destacado fue , que cuando ocurrieron los apagones, tanto la popular como la platea iluminaban con las luces de los celulares, pareciendo más un recital que un partido de fútbol.  Cuando la voz del estadio anunció la suspensión del partido, los hinchas Quemeros se fueron masticando bronca, sabiendo que era una oportunidad para el ansiado ascenso. De la visita, unas 13 personas.

HURACÁN: Marcos Díaz; Germán Mandarino, Federico Mancinelli, Eduardo Domínguez y Carlos Arano; Alejandro Capurro, Lucas Villarruel y Patricio Toranzo; Cristian Espinoza, Ramón Ábila y Gonzalo Martínez. DT: Frank Kudelka. Suplentes: Gastón Monzón, Victor Cuesta, Ezequiel Gallego, Alejandro Romero, Lucas Villafañe, Matías De Federico y Leandro Caruso
DOUGLAS HAIG: Emiliano Olivero; Leandro Fleitas, Leandro Gioda, Carlos Quintana y Agustín García Basso; Iván Etevenaux, Nahuel Rodríguez, Julio Mozzo y Rodrigo Caballuci; Pablo Mazza y Mauricio Aubone. DT: Guillermo Guglieminpietro. Suplentes: Guillermo Álvarez, Cristian Stele, Senegales, Diego Levato, Juan Pablo Pasaglia, Estebán Orfano y Hector Cuevas

* Partido suspendido a los 10´ por corte de luz
Jugado el 2 de mayo
Cancha: Huracán (muy buena)
Árbitro: Pedro Argañaraz
Público: 15.000

UNA DESORGANIZACIÓN TOTAL
Cuando finalizó el encuentro, los periodistas nos dirigimos al sector de vestuarios para saber cuando se volvía a reanudar el encuentro. Había distintas versiones, que se jugaría mañana a las 11, 13 o 15 hs. El problema era que a la Policía se le complicaba, porque jugaba Chicago por la tarde y San Lorenzo por la tarde noche. Era un desfile de dirigentes, que iban de un lado a otro del pasillo, nadie daba una respuesta en concreto y se tejían distintas conjeturas. Ni los pocos jugadores de ambos planteles, ni los técnicos sabían nada. Incluso los de Pergamino averiguaron hoteles por Capital para quedarse y no encontraban para hospedarse. Era una completa confusión. Recién después de una hora y media, sin ningún tipo de conferencia o dirigente que se pusiera anunciar, se supo que el partido no se jugaba el sábado y  probablemente se completara el 21 de mayo. Fue a través de un colega que pudo averiguar, y recién ahí salieron los planteles de ambos equipos presurosos a los micros, y el árbitro Pedro Argañaraz hacia el patrullero. Una desorganización total