Por Fernando Prieto  (@ferprietoeof)

LA CLAVE: Cuando el gol de Maxi Torres parecía traer una nueva frustración, de esas que venían acompañando a Sanma en los últimos años, llegó el dudoso penal sancionado por Kopanchuk, que Sica cambió por gol, haciendo carne el anhelo tan esperado de volver a la C. 

QUE HICIERON
SAN MARTÍN: No se puede hacer un análisis demasiado profundo del partido, y a partir del mismo objetar -o reivindicar- el logro conseguido por San Martín. Hasta este partido, el Azul fue el mejor equipo de la zona. No sólo por los puntos conseguidos, sino también por el fútbol desplegado. La tarde consagratoria lo encontró en una final, de esas bien duras, ásperas, donde el fin le gana por goleada a los medios y difícilmente se pueda ver, en 90 minutos, una mini muestra de lo hecho durante todo el torneo. De movida, salió con todo a buscar ese gol tranquilizador, que tras 10 minutos de dominio absoluto (aunque sin tanta claridad en el área) no consiguió. A partir de ahí se aplacó por completo. El partido cambió de rumbo, ganaron los nervios, Atlas avanzó en el terreno y, de a poco, fue desnudando las falencias del local. Porque está claro que Sanma no es un equipo preparado para defenderse, por eso el Marrón lo atacó poco pero lo complicó mucho. Y en una de las pocas que tuvo, Torres aprovechó un rebote de Scurnik y puso el 1-0. Los diez minutos que fueron desde el gol de Atlas hasta el penal -muy dudoso- que le dio la igualdad a Sanma no llegaron a evidenciar los nervios de adentro y la ansiedad de afuera. Pasó, demasiado rápido, el momento más crítico del partido, y hasta del torneo, para Sanma. La calma, sin embargo, tardó en llegar. Los de Retamar fueron una tromba en el inicio del segundo tiempo, y Ferlauto tuvo que mover piezas (más precisamente, reforzar el lateral izquierdo y el medio, ya que Sica estaba lesionado) para frenar el ímpetu visitante. Y en esa última prueba de inteligencia y carácter, San Martín terminó sellando su ascenso. De contra no pudo liquidarlo (Bello tapó una clara sobre el final), pero la cabeza de Aguayo despejó cualquier duda. Las interrupciones por hinchas colgados en el alambrado le terminaron dando el último aire para abortar cualquier intento visitante. Fue final feliz para San Martín. Feliz y merecido, porque tras su doloroso descenso en la Promoción 2008 resurgió de sus cenizas, con gente del club que puso manos a la obra y debió esperar 6 años de angustias y frustraciones para volver a su lugar. Burzaco hoy festeja, por el ascenso, pero mucho más por el desahogo y el grito atragantado durante tanto tiempo.

ATLAS: Le faltó muy poco para amargarle la fiesta a San Martín. Quizás su mayor error fue no aprovechar los momentos favorables que tuvo en el partido, es decir, el gol, en el cual podría haber aprovechado el desconcierto de Sanma, pero fundamentalmente ese vendaval que tuvo en el arranque del complemento. Tres llegadas claras que no supo definir (Hernán González, increíblemente, la tiró afuera con todo el arco a su merced) le terminaron cerrando la puerta del ascenso. Si bien luego tuvo un largo rato para revertir la historia, ya se encontró con un San Martín mucho más firme, y si bien tuvo alguna que otra chance, el tren claramente ya le había pasado. Ahora se le viene Alem en el Reducido, por lo cual deberá recuperarse cuanto antes de este sinsabor.