Independiente, el club de los buenos modales
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Independiente, el club de los buenos modales

Miguel Brindisi ya es historia. Independiente está a la deriva en la B Nacional, sin demasiados argumentos como para pensar en que pueda revertir la historia a corto plazo. Eso sí, con el orgullo de portarse siempre bien. (Foto: HEVA Imágenes)

Por Fernando Prieto  (@ferprietoeof)

Independiente no para de chocar contra su dura realidad. Pero ningún golpe parece despertarlo. Primero fueron las malas campañas en Primera, luego el proceso de tres años que derivó en un descenso anunciado, y ahora, en la B Nacional, y con cuatro fechas jugadas, un presente que asusta, no sólo por estar entre los clubes que descenderían a la B Metro, sino también por lo lejos que le empieza a quedar la punta. Y la primera cabeza que rodó fue la de Brindisi.

La inédita conferencia de prensa que dieron el ahora ex DT de Independiente y el presidente de la institución, Javier Cantero, es una mini muestra de la bochornosa situación por la que está pasando el club. Palabras y más palabras, elogios compartidos y nula autocrítica: la fórmula perfecta de un fracaso que parece no tener techo.

La experiencia que vivió River hace dos años parece que no le sirvió a nadie. Porque ni San Lorenzo primero (salvándose del descenso milagrosamente en la última fecha) ni Independiente supieron revertir la situación cuando todavía había tiempo. Al Rojo le tocó bajar, y no conforme con eso, su andar en la segunda categoría difiere mucho de aquel paso del Millonario por la B Nacional. Aquel equipo de Almeyda contaba con un plantel de lujo para la divisional, y aún así sufrió hasta el final para lograr el objetivo. Y encima tuvo ayuda extra en la recta final, cuando Chacarita le ganó un partido clave a Rosario Central.

Independiente, sin embargo, sumergido en una situación económica caótica no se reforzó convenientemente, y los resultados están a la vista. Porque más allá de lo que marcan los fríos números, el rendimiento es más que preocupante. Y con lo que tiene no parece alcanzarle. Quizás con el correr de las fechas y el cambio de DT pueda estabilizarse, y en un torneo que pinta ser muy parejo (nivelando para abajo), podría llegar a luchar por un ascenso. Lo que está claro es que el Rojo subestimó la categoría, y eso lo está pagando.

Lo que no deja de llamar la atención es cómo se tapa toda la basura debajo de la alfombra del "buen comportamiento", algo que debería ser una costumbre y no un motivo de orgullo. Porque más allá que la hidalguía con la que Brindisi marcó que los hinchas se tomaron la pérdida de la categoría es una verdad a medias (en River rompieron butacas y quemaron parte de la tribuna, y no olvidar la vergonzosa reunión de CD que terminó con una cobarde agresión a Cantero), no debería ser una exposición constante de ejemplo para el fútbol argentino. Más bien deberían trabajar para que los ejemplos sean los que hicieron grande a esta institución, ganando títulos y armando grandes equipos, y no por ser los buenos de una película que gracias a ellos, es de terror.