ATLAS: Le vino bien la propuesta de su rival para que se luciera Dubini, cuando tenía la pelota, en sociedad con Salvi más lo que lastimaba Jurchesen por la izquierda del ataque. Justamente éste dispuso de una chance que remató desviado a los 2 minutos. Lo bueno que intentaba, moría llegando al área donde le faltaba ser punzante y exageraba en la individual para sacar alguna ventaja. Pero a los 43 minutos aprovechó un leve empujón de Gauna a Doval, que no lo quiso bajar porque tenía amarilla, para que Salvi resolviera ante la floja respuesta del arquero visitante. Se fue al entretiempo arriba en el marcador y volvió medio dormido. Gracias a Fernández aguantó los embates de la visita, sin olvidarse del arco de enfrente, y a los dos minutos, Salvi remató cruzado al palo como para sentenciar el cotejo. A los 24 minutos Alcaraz remató y salvó el golero visitante. A los 31´ Torres González cabeceó desviado, pero a los 36 tuvo revancha tras presionar a Carabajal la pelota le hizo un globo a Castrogiovanni y partido terminado. Sólo quedó tiempo para que Severino decorara el resultado. Gran triunfo Marrón, que lo posiciona en el Reducido y a la espera de alguna caída de los punteros para ver si llega al ascenso directo.

CENTRAL BALLESTER: Salió decidido a ganarlo, aún corriendo riesgos a nivel defensivo. A los 10 segundos lo tuvo Leonardis tras centro de Pastrana, y después, siempre le faltaron 5 pal´ peso. Si ganaba Pastrana por derecha y Godoy  por izquierda, nadie llegaba para acompañar con suficiente claridad y potencia. Ese ímpetu inicial se fue diluyendo, y de una grosera decisión de dejar a un amonestado para cortar un contragolpe más allá de la leve anomalía ya comentada, se encontró 0-1 y se fue al descanso hecho un manojo de nervios, al que se sumó su cuerpo técnico. En la segunda etapa, a los 20 segundos, Leonardis dejó sólo a Pastrana para el empate, y con Fernández que se patinó en la salida, remató casi al cuerpo del golero con el arco a su merced. Después casi no generó situaciones y se enredó en las protestas en lugar de buscar la forma de herir al local. Entre las manos que el árbitro juzgaba casuales, el planchazo de Prado a Doval en el área que el juez no quiso cobrar y su nerviosismo, se empezó a despedir de la chance seria de clasificar al Reducido ya que no depende de si mismo.