LA CLAVE: Argentino no tuvo con qué y Cañuelas falló en la definición, las dos razones de un 0-0 para el bostezo.

ARGENTINO DE QUILMES: La línea de cinco puesta en cancha por Monzón evidenció los serios problemas defensivos que acarrea el Mate. Y ni siquiera con tal acumulación de hombres atrás pudo ofrecer seguridad. Porque Cañuelas, sin demasiado, le generó problemas en un primer tiempo que no dejó mucha tela para cortar. En materia ataque generó poco y nada, apenas un remate de Duarte y alguna pelota parada que no puso en riesgo la valla de Moyano. En el complemento salió a jugar diez metros más adelante. La pelota empezó a pasar por Medina, y si bien casi no se acercó al arco de Moyano, tuvo cierto dominio. La expulsión de Fabricio Acosta lo obligó a replegarse hasta el final. Un solo dato estadístico marca lo que fue su partido: no tuvo una sola chance clara de gol. De yapa, sigue sin ganar en el torneo.

CAÑUELAS: Buen primer tiempo. Le costó entrar en partido, pero contó con situaciones para abrir el marcador. Lo tuvo Trejo, tras una buena jugada colectiva. También Ortíz, pero Leguizamón tapó de manera excepcional y ni Acosta ni Meza pudieron aprovechar los rebotes posteriores. Sin brillar, manejó el partido, a pesar de sufrir el mal estado del campo de juego. Al comenzar el segundo tiempo perdió la pelota y hasta no quedar con un jugador más, no la recuperó. Ahí, Diego Martínez puso toda la carne al asador con los cambios, volvió a tener situaciones (la más clara, centro de Cecotti y Soria se lo perdió abajo del arco) y el manejo de las acciones. Lo buscó hasta el final, pero le faltó claridad en la gestación y aprovechar mejor las pocas que tuvo.