LA CLAVE: Los dos se perdonaron la vida mutuamente. Morón lo hizo cuando estaba 2-0 y parecía que se venía la goleada; Aldosivi desperdiciando contras luego del tercer gol. Por lo que jugaron, ninguno merecía irse con las manos vacías.

DEPORTIVO MORÓN: Es difícil de entender, analizando los primeros 25 minutos del partido, cómo Morón no sumó de a tres. Mucho más difícil es explicar que se fue con cierto conformismo, porque estuvo muy cerca de perderlo. Tuvo un arranque furioso, presionando en la salida a Aldosivi, con Pumpido asfixiando a los centrales y con Nicolás Ramírez siendo el arma más desequilibrante de los de Otta. Justamente, un gol de Martínez y otro de Pumpido -blooper de Moyano de por medio, digno de los resúmenes de fin de año- pusieron el 2-0 tranquilizador. A partir de la ventaja, Morón domino a placer, evidenciando serios desajustes defensivos de la visita. Pero a partir del descuento de los marplatenses todo cambió. El Gallo se transformó en un equipo dubitativo y sin expresión. Recién después del 2-3 reaccionó. Con más empuje que fútbol, y dejando enormes espacios en su campo, fue sobre la valla de Moyano. Sin tantas ideas, llegó al merecido empate por intermedio de Sebastián Martínez. Algo disminuido en lo físico respecto a su rival, pero con un enorme corazón, estuvo a la altura del "ida y vuelta" infernal de los últimos diez minutos, donde Aldosivi buscaba pero el Gallo contraatacaba, siendo el medio zona de tránsito ligero. Debió ganarlo por el arranque, debió perderlo por la siesta y lo terminó empatando, porque nunca se dio por vencido.

ALDOSIVI: Hasta la primera media hora no fue un equipo digno de esta categoría. Yerros defensivos, blooper de su arquero y la pelota que no pasaba ni cerca de los puntas. Brum no daba a basto en el medio y la sensación de que se podía ir goleado sobrevolaba los aires del Nuevo Francisco Urbano. Sin embargo, Chávez se inventó un gol en el peor momento de Aldosivi y ahí revivió el Tiburón. Con Villar empujando desde el medio y Chávez imparable arriba, dio vuelta el partido antes de cumplirse el primer minuto de la segunda etapa. Parado de contra, pudo liquidar el partido, ya que tuvo dos situaciones muy claras, en las que Milton Álvarez evitó la cuarta caída de su arco de manera brillante. La salida de Villar le desequilibró el medio ("Pitu" González pasó a cumplir tareas más defensivas que de ataque) y de a poco Morón le fue ganando metros. Ya no tuvo tantos espacios para contragolpear y en otro error de Moyano, llegó el empate del local. En el final, fue con decisión a buscar el triunfo, pero el ingresado Iván Pérez no aprovechó las dos situaciones que tuvo. Estuvo cerca de ganarlo, aunque en ese arranque plagado de errores el partido parecía perdido.