FERROCARRIL MIDLAND: Intenciones le sobraron, pero la enorme cantidad de limitaciones que deslizó estuvieron en la misma sintonía. El arco de Oviedo le quedó a varios kilómetros de distancia porque con centros sin sentido y algún que otro remate, pretendió tenerlo más cerca. El golpe en el clásico se nota que aún no lo asimiló aunque se mantiene firme en el Reducido, pero con menos margen de error.  

DEPORTIVO ARMENIO: A tono con el rival entró en el juego de las imprecisiones y del maltrato constante al balón, al reventarlo (en el mejor de los casos) y sin saber, a ciencia cierta, que destino darle. En los últimos minutos quiso apretar el acelerador pero queriendo meter tercera antes que primera, dándole un penoso espectáculo a un partido que quedará en las retinas por haberle afectado la vista al que se le ocurrió verlo.