Esta temporada arrancaba como ¨de transición¨ para Chicago. Con un presupuesto acotado y la idea de darle más rodaje a varios juveniles que de a poco se quieren consolidar, guiados por la experiencia de Gomito y un puñado de refuerzos de mediana importancia; parecía que estar en mitad de tabla era el hábitat del Torito. Un buen comienzo no supo ser aprovechado y la primer racha negativa larga (ocho sin ganar), fue el fin para el ciclo de Facundo Argüello. Llegó la sorpresiva contratación de Juan José Serrizuela que arrancó con un festejado triunfo ante Riestra, pero malos resultados posteriores lo eyectaron de su cargo tras una derrota en Córdoba. Llegó la hora de Walter Perazzo que ganó dos partidos como visitante y sacó un punto de 9 en Mataderos. Con ese contrasentido estadístico, le bastó para salvarse y ahora armará el plantel nuevo.