Ante todo, se pueden marcar dos diferencias. El primero es que no está vedado el público visitante, pero éstos acuden en un número muy pequeño. Un poco por la distancia, otro poco porque no está tan arraigada la cultura del "te sigo a todas partes". Si bien fuimos a categorías muy bajas y a clubes realmente humildes, hubo partidos en los que no hubo un solo hincha visitante. Lo segundo, no existe el amateurismo. Todos los jugadores cobran, así sean de la categoría más pequeña. Por la Ley Pelé, todos los jugadores son asalariados. Esto genera que muchos directivos pongan plata de su bolsillo para pagarle al plantel, porque el club no genera ingresos como para semejante gasto. Y además, que los propios players especulen. Es decir, es normal que jueguen un par de años, se alejen de la actividad para trabajar y percibir un salario más alto, y ahorros de por medio, vuelvan a jugar, por menos plata que en su empleo anterior, pero con la satisfacción de ganarla haciendo lo que les gusta.

Tuve la sensación que en muchos aspectos las cosas no están tan contaminadas como acá. No existen pulmones ni rejas por doquier, y el comportamiento de los hinchas es diferente. Por caso, presencié un descenso, en el que al equipo que perdió la categoría (el Farroupilha de Pelotas), jugando en su estadio, le anularon dos goles muy dudosos, que le hubieran valido la salvación. No hubo un incidente. Apenas un hincha le tiró una botella de agua vacía al linesman, e inmediatamente un grupo de policías lo retiró del estadio. Y no hubo hinchas ni dirigentes que intentaran impedirlo.

El juego en sí es más vistoso y menos friccionado, lo cual se asemeja bastante a lo que son las ligas del Interior del país y no tanto al Ascenso metropolitano. Los rituales de los jugadores e hinchas son los mismos. Incluso, muchos cantitos son ritmos de canciones argentinas. 

En lo que todos coinciden es en no querer a la Copa Mundial en su país. El enorme gasto público es la principal razón de rechazar al torneo más importante de la FIFA. Ya sea en una charla callejera o en una pintada con aerosol en alguna pared, todos se oponen. No es para menos: el 99,9% de ellos no tendrán acceso a un solo partido, por más intrascendente que sea.

La estructura del fútbol brasilera es muy diferente a la nuestra. Empezando de arriba para abajo, está el Brasileirao, luego las categorías de Ascenso (hasta acá no hay prácticamente diferencias con lo que pasa en nuestro país), pero a partir de allí sigue los torneos estaduales, que reúnen a los equipos de cada región. Allí las categorías se dividen en Primera, Segunda y hasta Tercera. El ganador de la Primera tiene dos opciones: o arrancar de la categoría más baja de Ascenso (una suerte de Primera D) en pos de llegar al Brasileirao, o participar de la Copa Brasil.

Cabe destacar que los estaduales tienen gran importancia en Brasil, y que los clubes que están en la Primera del estado se enfrentan todos los años con los grandes. Ejemplo: el mencionado Farroupilha de Pelotas, hace unos años recibió en su modesto estadio al Inter de Porto Alegre.

La experiencia fue muy agradable, y aunque existen las diferencias antes mencionadas, la pasión por el fútbol es la misma. Se la puede ver en un hincha que, con su bandera al hombro, canta solo en medio de una tribuna que se reparte entre el silencio y la quietud de sus espectadores. En un jugador que reza durante largos minutos adentro del vestuario para luego correr y morder como si en cada pelota se disputase la vida. Y en un dirigente, cuya vida es el club, y con aciertos y errores, jamás le ha soltado la mano, poniendo mucha plata de su bolsillo con el sólo propósito de que sus colores sigan compitiendo, ya que allá no hay una AFA en la cual escalar de manera personal. 

La serie se emite todos los domingos a las 21:30 hs. en el Canal Brasil, y puede seguir las novedades en el facebook de Outro Futebol, o bien en el de El Otro Fútbol, donde estaremos anunciando de qué manera se la puede ver acá, ahora que se acerca el receso para, entre tanto partido de Mundial, no extrañar tanto al fútbol que tanto nos gusta.